Una fundición, que en realidad es un término utilizado en la metalurgia, es un lugar donde el metal se derrite y se vierte en moldes. Esto permite fabricar muchas cosas, algunas de ellas son: piezas para automóviles, herramientas, estatuas. Aquí te ofrecemos una mirada detrás de escena de una fundición de hierro para presenciar el emocionante mundo del vertido de metales.
En la fundición de hierro, una de las tareas más importantes es la fusión del metal. Esto ocurre en un horno gigante que calienta el metal hasta un punto donde se convierte en un líquido fundido. Los trabajadores vierten cuidadosamente el metal líquido en moldes, donde se enfría y se solidifica en la forma deseada.
Después de que el metal se enfría y solidifica en el molde, los trabajadores lo retiran y verifican si hay algún problema. Si todo está bien, lo limpian y lo pulen para que quede brillante y reluciente. Es increíble cómo un trozo de metal puede convertirse en algo significativo y valioso con el tiempo y dedicación.
Al igual que LF Iron Foundry, las fundiciones de hierro del futuro cierran un capítulo de una vieja era de la tecnología mientras avanzan. Las máquinas permiten un proceso de fundición más rápido y fácil. Programas informáticos especializados asisten a los trabajadores en la creación de moldes precisos.
Los robots y máquinas realizan trabajos pesados y difíciles, protegiendo a los trabajadores mientras los ayudan a trabajar más rápido. Sin embargo, hoy en día es posible, gracias a soluciones tecnológicas modernas, que las fundiciones de hierro entreguen productos metálicos de alta calidad tan rápidamente y económicamente como sea necesario.
Las fundiciones de hierro han existido durante siglos, remontándose al descubrimiento del metal por los seres humanos. Durante siglos, la práctica de verter metal caliente en moldes de arcilla fue la misma, hasta que la arcilla dio paso a la arena, los cerámicos y, más recientemente, a moldes impresos en 3D.
Dentro de la Fundición LF Iron, se puede escuchar el choque del metal contra el metal y sentir el calor sofocante de un horno. Los trabajadores se afanan, cada uno realizando su tarea con precisión. El aire está cargado con el olor del metal calentado, y las máquinas zumban en armonía mientras operan unas junto a otras.